Un bizcocho de saboya es para mí el bizcocho ideal, en su sencillez reside su principal virtud, esponjoso a más no poder y super delicado en su sabor, además de que puedes utilizarlo como base de infinidad de tartas o simplemente con un buen chocolate caliente o unas frutas y nata, lo que lo convierte en un postre con muchas posibilidades.
Necesitarás :
- 150g de azúcar
- 60g de Maizena
- 40g de harina
- 4 huevos
- Una pizca de vainilla líquida
- Una pizca de sal
Y ahora vamos allá. No es difícil pero requiere sus pasos y sobre todo mimo.
Pon a calentar primero el horno a 190°C.
Separa las claras de las yemas y bate las yemascon el azúcar hasta obtener una mezcla blanca y esponjosa.
Añade poco a poco la harina y la maizena y unas gotas de vainilla.
Ahora toca montar las claras a punto de nieve con una pizca de sal.
A continuación toca añadir las claras montadas a la mezcla de yemas, con mucho cuidado y con ayuda de una espátula o lengua de gato y con movimientos envolventes y suaves.
Una vez tengas este paso engrasas con mantequilla un molde de unos 20 cm de diámetro y vuelcas en él la mezcla.
Estará unos 30 minutos al horno, hay que ir comprobando los últimos minutos porque cómo siempre os digo cada horno es un mundo.
Deja que se enfríe en el molde a temperatura ambiente y espolvorea con azúcar glas.
Si lo vas a utilizar como base para otro pastel este paso no hace falta, y espero que este bizcocho de saboya te guste tanto cómo a mí.
P.D
- No abrir el horno antes de unos 20 minutos, para que el bizcocho suba sin interrupción.
- El bizcocho está cocido, cuando la hoja del cuchillo sale limpia.